domingo, 1 de marzo de 2009

De Iron Maiden... 22 años después

Bruce Dickinson

Adrian Smith, Dave Murray y Janick Gers

Steve Harris y Janick Gers

Conocí a Iron Maiden en 1982, con su álbum The Number Of The Beast. Fue amor a primera vista. O, en este caso, a primer oído. Mi hermano Rubén y yo nos convertimos en leales seguidores de la banda y soñábamos con verlos en vivo. En aquel entonces lograr esto sólo era posible viajando a Estados Unidos, pues en México los conciertos masivos de rock no estaban permitidos.
Resignados a nuestras limitaciones geográficas, nuestra suerte de pronto pareció cambiar gracias a una invitación a Cd. Juárez. La banda de Rubén (Trigger) fue contratada para unas tocadas en aquella ciudad. Iron Maiden, por su parte, andaba de gira y justo tenían dos fechas en El Paso, Tx. que coincidían con nuestro viaje. De inmediato nos pusimos en contacto con una amiga que vivía en El Paso para que nos consiguiera boletos. ¡Y lo hizo! Rubén y yo no podíamos creerlo. Tramitamos nuestros pasaportes y con la visa pendiente programamos el viaje para llegar a Cd. Juárez el viernes mismo del concierto, con tiempo para ir al Consulado Americano y solicitar la visa.
Partimos de Torreón en la madrugada con rumbo a Juárez, en una camioneta pick up cargada con el equipo de sonido de la banda y un automóvil con el resto de la gente. Después de horas de viaje llegamos a la ciudad de Chihuahua, la mitad del camino, y entonces empezaron los problemas.
Primero, una nevada hizo que disminuyéramos la velocidad. Luego, de repente, una llanta ponchada en la pick up. Lo peor, no había llanta de refacción. Ahí estábamos todos, en medio de la nevada, varados a un lado de la carretera, sin saber qué hacer. La única salida era llevar la llanta ponchada a una vulkanizadora para repararla. Nos esperaba una sorpresa más: con la pick up cargada de amplificadores, batería y demás instrumentos, era prácticamente imposible utilizar el pequeño gato hidráulico que llevábamos. Por fortuna un trailero se detuvo y nos auxilió. Con su gato levantamos la pick up sin problema, y desmontamos la llanta. Así, mientras un grupo esperaba junto a la camioneta, el otro viajó al pueblo más cercano a reparar la llanta. Regresaron; el trailero, que seguía ahí, nos ayudó a colocar la llanta de nuevo, y nos pusimos en camino. Habíamos perdido horas valiosísimas y nos dimos cuenta de que no llegaríamos al consulado a tiempo. Decidimos jugárnosla e intentar pasarnos al otro lado sin papeles, sólo para ir al concierto, y de eso hablábamos cuando la suerte volvió a darnos la espalda. Sí, la llanta reparada no aguantó el peso del equipo y volvió a poncharse, faltando unos 30 kilómetros para llegar a Juárez. En ese momento vi esfumarse mi oportunidad de ver a Maiden en concierto. Frustrados, nos dividimos de nuevo y el grupo del auto viajó a Juárez a comprar una llanta nueva para luego regresar, hacer el cambio y por fin, llegar a nuestro destino. Uno sin Iron Maiden. Uno que apenas nos alcanzó este sábado en el Foro Sol, 22 años después.
Las circunstancias son en verdad extrañas; la fecha de aquel concierto en el Coliseum de El Paso: 28 de febrero de 1987. La gira: Somewhere In Time World Tour. La fecha del concierto en el Foro Sol: 28 de febrero de 2009. La gira: Somewhere Back In Time World Tour. ¿Coincidencia? No lo creo. Nuestro momento era ahora, al lado de los hijos, también fans de Maiden, al lado de Lobo, mi compañero de vida, con quien comparto todo, y al lado de mi hermano, quien esperó, igual que yo, exactamente 22 años para corear, gritar y sentir cada una de las rolas que nos brindó la banda que conocimos juntos en 1982, la banda que marcó nuestra adolescencia, que definió nuestro gusto musical, la banda que estuvimos tan cerca de ver en vivo aquel lejano 1987, la banda que 22 años después nos demostró por qué valió la pena esperar, por qué ha sido nuestra favorita y por qué también es la favorita de nuestros hijos: Iron Maiden. Como diría mi abuela: No hay plazo que no se cumpla...
A Maiden; a Steve, Bruce, Dave, Adrian, Janick y Nicko, no puedo mas que agradecerles el haberme regalado la más grande experiencia musical de mi vida. El concierto más esperado. Un concierto para recordar.
Y más convencida que nunca, reitero: Up The Irons!!!!!
Keep in touch...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me hiciste llorar con lo que lei!!! Es en verdad impactante y me movio todo mi ser, el simple hecho de recordar el viaje y lo que vivimos, las angustias y el ver esfumarse nuestro sueño del Maiden, asi como nuestro encuentro 22 años despues fue genial, lo describiste con sentimiento y lo senti hasta el fondo de mi corazon, de verdad que se me salieron las lagrimas!!!

La Lobita dijo...

Lo importante, creo yo, es que a pesar de los años, cumplimos con nuestra cita... 22 años después, pero cumplimos, carnal.
Te mando un beso enorme ;)