lunes, 21 de abril de 2008

De Yngwie J. Malmsteen


Y cuando el ánimo anda a la baja, lo mejor es refugiarse en la música.
Hace unas semanas, platicando con mi hermano sobre nuestras bandas favoritas, surgió el nombre de uno de los mejores guitarristas que hemos escuchado: Yngwie J. Malmsteen. Y curiosamente, a los pocos días encontré el DVD de su concierto con la New Japan Philharmonic Orchestra y no pude resistirme a comprarlo. Ya antes había conseguido toda su discografía en mp3 y sobra decir que después de años de no escucharlo, el reencuentro fue punto menos que increíble. Pero el video del concierto es otra cosa; no es una banda de rock acompañada de una orquesta, es un concierto de música clásica en donde el instrumento solista es la guitarra eléctrica. Desde las primeras notas de Black Star Overture, únicamente con la orquesta, a la aparición de Yngwie tocando su Trilogy Suite Op. 5, y hasta el fantástico final con Far Beyond the Sun, el asombro y la admiración no cesaron. La capacidad de Yngwie para comunicarse a través de su Fender Stratocaster es sorprendente. La de sensaciónes que me produce... Baste decir que durante esos alucinantes 84 minutos --incluso horas después el efecto perduraría-- mi fe en la humanidad, en esa masa multifacética y la mayoría de las veces aterradora, fue restaurada. Si lo de ustedes es el heavy metal con influencias barrocas, Yngwie es el indicado... ampliamente recomendable, sin lugar a dudas.
Y por acá nos seguimos viendo.
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De días extraños

Y los días pasan sin que esta sensación de extrañeza, de inquietud, desaparezca del todo.
Sí, la rutina diaria ayuda; el ocuparse de la familia, de los quehaceres domésticos, distrae la atención hacia otros rumbos.
Basta, sin embargo, detenerse un poco, para que la mente regrese a esos lugares oscuros, inexplorados...
La semana apenas empieza y pinta bastante complicada.
Supongo que sólo queda seguir...
Los veo en otro post, uno menos depresivo, menos empantanado.
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martes, 8 de abril de 2008

De cumpleaños

Y hoy cumple años mi papá, así que este post es para felicitarlo y decirle que se le quiere y se le extraña.
Muchos besos, papá...
Nos hablamos al ratito :-)
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De emociones encontradas

Y la vida sigue...
Un día decimos adiós a una buena amiga y al siguiente visitamos a otra, que recién empieza una nueva etapa en su vida.
Tristeza por la partida --sorpresiva, inesperada-- y alegría por la nueva casa, la vida en pareja, la prueba fehaciente de que el mundo no se detiene...
Gracias, Niña, por la lucecita al final del camino, por recordarme que a pesar de todo, hay esperanza.
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lunes, 7 de abril de 2008

De melancolías

Y no sé si los pasados acontecimientos sean los responsables del ánimo en esta cueva lobuna; lo cierto es que todos andamos tristeando. Ray y Steffi ni siquiera han hecho el intento de pelear. Hasta Byron se da cuenta de que algo extraño sucede, pues sólo quiere estar junto a nosotros, y si acaso nos movemos de un cuarto a otro, nos sigue, maullando melancólicamente...
A ver que tal nos amanece mañana...
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De música

Y esta última semana, plagada de noticias tristes, me ha dejado emocionalmente agotada. Supongo que así es esto, hay que procesar los acontecimientos, asimilarlos, qué sé yo, y continuar...
Y así, con el ánimo a la baja, lo único que me salva de hundirme por completo es la música. El rock, para ser exacta. Porque si bien de pequeña escuchaba música clásica con mi abuelo materno, a partir de 1977 y después del mítico álbum Kiss Alive II, ya no hubo vuelta de hoja. Sigo escuchando música clásica --por lo general barroca, y el favorito del abuelo: Beethoven-- pero el rock es lo que más me llena, lo que mejor me define, pues.
Y si de rock se trata, el heavy metal es lo mío: Iron Maiden, Judas Priest, Metallica, AC/DC, Black Sabbath, Led Zeppelin, Yngwie J. Malmsteen, Marilyn Manson, Rob Zombie, Rammstein... podría seguir, pero la lista sería enorme.
Incluso el Lobo, también amante del rock, a veces prefiere encerrarse en la recámara y huir de mi selección musical, aunque en la mayoría de los casos coincidimos en gustos.
Qué lejanos están los días cuando mi hermano y yo escuchábamos a Kiss hasta el cansancio, soñando con formar una banda y hacer música... Justo de eso platicábamos hace un par de semanas, cuando nos vimos durante las vacaciones... Buenos tiempos aquellos, ¿verdad, Rubén?
Y aunque este post toca de manera muy general mis influencias musicales, ya estaré ahondando más adelante, en otros posts, sobre este mismo tema.
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